En tecnología y marketing, uno de los mayores desafíos es el posicionamiento. Es muy fácil caer en la trampa de vender la tecnología en lugar del valor real del producto.
En HAL149 contamos con robots que se pueden entrenar para gestionar perfiles sociales o redactar artículos. Sin embargo, nadie los contrata sólo por funcionar con IA. El cliente adquiere un Community Manager o un chatbot de IA porque 1) ofrece mejores resultados que un humano y 2) resulta más económico.
Ocurre lo mismo con las campañas de “generación de leads”. ¿Quién compra una campaña sólo por el hecho de estar ejecutada con IA? Las empresas quieren resultados, independientemente de cómo se generaron.
Es cierto, en todas las tecnologías hay unos pocos “early adopters” dispuestos a hacer una inversión los primeros por experimentar y saber más que los demás. Pero son muy pocos para condicionar el crecimiento real de un negocio.
Para realmente vender productos porque incorporan IA debemos dar un valor que hasta ahora los humanos no podían proporcionar. Y hacerlo de forma clara, contundente, mucho más económica y eficaz que las soluciones previas. Al menos 10 veces mejor en todos los parámetros de medición. Esta es parte de nuestra batalla.
Mantener las ideas claras sobre el rumbo del mercado no es fácil con tanto ruido. La clave es centrarse en las necesidades reales del cliente. La IA sigue siendo para la mayoría de empresas algo poco más que interesante. Pocas van más allá de generar imágenes impactantes o hacer piruetas con el “prompt engineering”. De ahí la importancia de la formación.
La IA no es el producto, sino la herramienta para construir soluciones a problemas. Ahora que vamos a publicar una versión SaaS de HAL149, la prioridad debe ser reducir la complejidad, explicar y educar, y centrarnos de forma obsesiva en valor y producto.