La llegada de la inteligencia artificial (IA) está impulsando una revolución sin precedentes en la productividad de las empresas. Así como la introducción de los microprocesadores y las computadoras personales dispararon la productividad en el pasado, la IA está actuando como un asistente virtual capaz de realizar tareas repetitivas y manejar grandes volúmenes de datos, liberando a los trabajadores para enfocarse en actividades que requieren inteligencia emocional, empatía y habilidades interpersonales.
Esta revolución en la productividad está teniendo un impacto significativo en los mercados bursátiles. Lejos de ser un motivo para mantenerse al margen, la IA representa una oportunidad única para los inversores de beneficiarse de las ganancias en productividad que experimentarán las empresas a medida que adopten estas tecnologías disruptivas.
Sin embargo, no todas las empresas ni sectores se verán afectados de la misma manera ni al mismo ritmo. Es crucial tener acceso a una amplia gama de activos, sectores y mercados para aprovechar al máximo estas oportunidades. Los inversores que se limiten a productos o mercados específicos podrían perder importantes oportunidades de crecimiento.
Además, el panorama macroeconómico también está evolucionando. A pesar de las preocupaciones iniciales sobre la persistencia de la inflación, los datos recientes sugieren que la situación podría estar mejorando. Si bien la inflación subyacente puede tardar más en moderarse, factores como los precios de los alquileres y los seguros de automóviles podrían contribuir a una disminución más rápida de lo esperado. Esto podría conducir a recortes de las tasas de interés antes de fin de año, lo que sería un catalizador adicional para los mercados.
En resumen, la revolución de la IA está transformando la productividad de las empresas, creando oportunidades significativas para los inversores. Sin embargo, para aprovechar al máximo estas oportunidades, es esencial contar con un asesor independiente que pueda acceder a una amplia gama de activos, sectores y mercados, y que no esté limitado por conflictos de intereses o productos patrocinados.