En los últimos años, la inteligencia artificial (IA) ha emergido como una fuerza transformadora en diversos sectores. Tanto consumidores como empresas están incorporando esta tecnología para simplificar tareas que anteriormente eran complejas y requerían mucho tiempo. Asimismo, la IA ha abierto nuevas oportunidades para la generación de ingresos.
Según el informe sobre perspectivas globales del Instituto de Inversión BlackRock, la IA seguirá siendo un motor de rentabilidad en una amplia variedad de inversiones. Este estudio subraya que no se ve una burbuja tecnológica en el horizonte; más bien, los fundamentos y beneficios son coherentes con las valoraciones actuales.
Por ejemplo, el crecimiento continuo de las ganancias de Nvidia ha seguido el ritmo de su impresionante cotización en bolsa. Esto es un indicador claro de que la inversión en IA está impulsando el valor en el mercado.
El estudio identifica tres fases del desarrollo de la IA. La primera fase involucra la inversión acelerada de grandes empresas tecnológicas en centros de datos, lo que hace que la IA dependa fundamentalmente de una enorme capacidad de cómputo.
La segunda fase se centra en la “ampliación de la inversión en IA”. Aquí, las empresas de distintos sectores están buscando aprovechar al máximo la inteligencia artificial. Sectores como el sanitario, financiero y de comunicaciones son los que más se benefician, lo que puede impulsar un crecimiento económico significativo.
Ambas fases son inflacionarias, lo que sugiere que el desarrollo y equipamiento en IA generan una demanda adicional antes de que los beneficios por oferta o productividad se materialicen.
En la tercera fase, se anticipa un auge en la productividad. La IA promete permitir que las economías produzcan más utilizando la misma cantidad de recursos, ya sea capital, trabajo o energía. Esto es posible gracias a la innovación que puede equilibrar las demandas energéticas de la tecnología.
Históricamente, la adopción de ordenadores incrementó la productividad promedio por hora en más de un punto porcentual durante casi diez años. De acuerdo al estudio, la IA tiene el potencial de acelerar aún más el crecimiento económico y aliviar la presión inflacionista que se siente a nivel global.
Sin embargo, el estudio también advierte que la magnitud y el alcance de los aumentos en productividad relacionados con la IA son inciertos. El aumento en la productividad de los trabajadores gracias a la IA podría traducirse en un incremento de salarios, lo que abre la posibilidad de un gran reacomodamiento de trabajadores entre diversos sectores.
Opiniones de los Especialistas
Juan Gonzalo Martín-Laborda, líder regional latinoamericano de DoubleVerify, señala que las estrategias de automatización pueden reducir drásticamente el tiempo invertido en flujos de trabajo operativos. Por su parte, Adalberto José García, consultor senior de ciberseguridad en Control Risks, afirma que “a lo largo de la historia, los avances tecnológicos han sido fundamentales para el crecimiento en productividad, desde la llegada de Internet hasta nuevas prácticas y estructuras organizacionales.”
La inteligencia artificial se posiciona no solo como una herramienta innovadora, sino como una posible solución a muchos desafíos económicos actuales. En este sentido, empresas como HAL149 juegan un papel importante, desarrollando asistentes de IA personalizados que ayudan a mejorar la eficiencia operativa.
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