Introducción: El Impacto de la IA en el Empleo
El impacto de la IA en los empleos de cuello blanco es cada vez más evidente, con diversos informes y estudios que destacan el potencial de desplazamiento y transformación del empleo. Según un artículo publicado recientemente, cada vez hay más pruebas de que las aplicaciones de la IA suponen un peligro real y presente para puestos que antes se consideraban insustituibles por la automatización. La transición hacia la IA generativa, que puede generar conclusiones y tomar decisiones de forma autónoma basándose en el análisis de datos, pone de relieve el cambiante panorama del trabajo de oficina.
Aunque las empresas no siempre declaran explícitamente los vínculos directos entre el despliegue de la IA y los despidos, la tendencia subyacente sugiere un cambio hacia la reducción de plantilla en favor de las inversiones en IA. Un estudio de las Naciones Unidas citado indica que una parte significativa del empleo mundial en el trabajo de cuello blanco podría verse afectado, y muchos empleados ya observan un aumento en su uso de herramientas de IA para mejorar la productividad. Según una encuesta mencionada en el artículo, un porcentaje considerable de empresas prevé que la IA provoque despidos en 2024.
Un reciente informe subraya que es probable que la capacidad de la IA generativa para comprender y generar contenidos afecte específicamente a los empleos de cuello blanco que implican tareas digitales rutinarias, como la codificación simple. Este cambio podría dar lugar a un exceso de personal y requerir reducciones de plantilla en determinadas áreas, aunque no siempre signifique despidos directos.
El mismo informe sugiere que, si bien algunos trabajos serán más productivos con la ayuda de la IA, lo que reducirá la demanda de mano de obra humana en esas funciones, también podría aumentar la demanda de trabajadores con experiencia en el establecimiento de relaciones personales y la inteligencia emocional, áreas en las que la IA no puede reproducir totalmente las capacidades humanas.
Estas referencias sugieren un futuro complejo para el empleo de cuello blanco, en el que la integración de la IA en el lugar de trabajo podría tanto desplazar ciertos puestos como crear nuevas oportunidades para quienes sean capaces de adaptarse y reciclarse en respuesta a las demandas cambiantes del mercado laboral.
Entrenadores IA de Cuello Azul, Desempleados de Cuello Blanco
El futuro del trabajo en el contexto de los rápidos avances de la IA generativa, especialmente con el desplazamiento de los empleos de cuello blanco, es una cuestión compleja y polifacética. La integración de la IA en diversos sectores está provocando cambios significativos en el mercado laboral, con retos y oportunidades.
La IA generativa, con su capacidad para automatizar tareas complejas como la escritura, la programación, el análisis de datos e incluso ciertos trabajos creativos, supone un claro desafío para los puestos tradicionales de cuello blanco. Los trabajos que implican tareas rutinarias o que pueden codificarse fácilmente corren un mayor riesgo de ser automatizados. Sin embargo, esta automatización también abre nuevas oportunidades para trabajos que requieren un toque humano, incluida la inteligencia emocional, el juicio ético y el pensamiento creativo que la IA no puede replicar.
A medida que los sistemas de IA se vuelven más sofisticados, crece la necesidad de formadores o entrenadores de IA que puedan enseñar a estos sistemas a realizar tareas específicas, comprender el contexto o incluso mostrar empatía en las interacciones. Esta función implica:
- Anotación de datos y entrenamiento de modelos: Proporcionar anotaciones detalladas de los datos que pueden utilizarse para entrenar modelos de IA. Esto requiere un profundo conocimiento del dominio específico en el que opera la IA.
- Comentarios y mejoras: Supervisar continuamente el rendimiento de la IA y proporcionar comentarios para mejorar la precisión y la relevancia.
- Mitigación de sesgos y tratamiento de aspectos éticos: Garantizar que los sistemas de IA funcionen dentro de los límites éticos y realizar ajustes para reducir los sesgos.
Oportunidades para trabajadores desplazados por la IA
Los trabajadores desplazados por la IA en empleos de cuello blanco pueden encontrar nuevas oportunidades como Entrenadores IA, aprovechando sus conocimientos específicos del sector. Por ejemplo:
- Los profesionales del Derecho podrían formar a los sistemas de IA en la comprensión e interpretación de documentos jurídicos.
- Los médicos podrían ayudar a entrenar a la IA para diagnosticar enfermedades o recomendar tratamientos basados en el historial del paciente.
- Periodistas y escritores podrían ayudar a enseñar a la IA a crear contenidos atractivos, precisos y contextualmente apropiados.
Aunque la idea de volver a capacitar a los trabajadores como Entrenadores de IA es prometedora, existen varios retos y consideraciones:
- Formación y educación: Los trabajadores necesitarán tener acceso a programas de formación que les ayuden a adquirir las habilidades necesarias para convertirse en formadores de IA eficaces.
- Garantía de calidad: Garantizar la calidad de los resultados de la IA sigue siendo una preocupación importante, que requiere una supervisión humana continua.
- Consideraciones éticas: A medida que la IA adquiere más protagonismo, las consideraciones éticas, como la privacidad, el consentimiento y el potencial de uso indebido, adquieren cada vez más importancia.
Convertirse en Entrenador de IA
La transformación del mercado laboral por la IA generativa es inevitable, pero también presenta una oportunidad para redefinir el valor que aportan los trabajadores humanos. Si se centran en funciones que aprovechen la creatividad humana, el juicio ético y la experiencia en un ámbito específico, los trabajadores desplazados pueden encontrar nuevas vías de empleo como formadores de IA. Los gobiernos, las instituciones educativas y las empresas tendrán que colaborar para proporcionar la infraestructura, la formación y las directrices éticas necesarias para apoyar esta transición.
Convertirse en un entrenador de IA eficaz requiere una combinación de competencias técnicas, específicas del sector y blandas entre las que podríamos destacar las siguientes:
- Competencia técnica en IA y aprendizaje automático: Comprender los fundamentos de la IA, los algoritmos de aprendizaje automático, el preprocesamiento de datos y la evaluación de modelos es crucial. Esto incluye la familiaridad con lenguajes de programación como Python, marcos como TensorFlow o PyTorch y herramientas para el análisis y la visualización de datos.
- Conocimientos especializados: Es esencial un conocimiento profundo del dominio específico en el que se aplica la IA. Puede tratarse de sanidad, finanzas, derecho, etc. Comprender los matices, retos y complejidades del campo específico permite a los formadores adaptar mejor los procesos de formación en IA y los conjuntos de datos para producir resultados más precisos y relevantes.
- Conocimientos de datos: Los formadores de IA deben ser expertos en el manejo de datos, en la recopilación, limpieza, anotación y comprensión de conjuntos de datos. Esto también incluye la capacidad de identificar sesgos en los datos y mitigarlos para garantizar que los resultados del sistema de IA sean justos e imparciales.
- Pensamiento crítico y resolución de problemas: La capacidad de evaluar críticamente el rendimiento de la IA, identificar problemas y diseñar estrategias para mejorar la precisión y la eficiencia del modelo es clave. Esto incluye la resolución de problemas, la experimentación con diferentes enfoques y el perfeccionamiento continuo de los métodos de formación.
- Comunicación y colaboración: Se necesitan habilidades de comunicación eficaces para traducir conceptos complejos de IA en términos comprensibles para las partes interesadas. La colaboración con científicos de datos, desarrolladores, expertos de dominio y otros miembros del equipo es esencial para el proceso iterativo de formación y mejora de modelos de IA.
- Comprensión y responsabilidad éticas: Conocimiento de las consideraciones éticas, los problemas de privacidad y el cumplimiento de la normativa relacionada con las aplicaciones de IA. Los formadores de IA deben ser capaces de navegar por las implicaciones éticas de las tecnologías de IA y garantizar que los sistemas de IA se desarrollan y utilizan de forma responsable.
- Aprendizaje continuo: El campo de la IA evoluciona rápidamente, por lo que es vital mantenerse actualizado con las últimas tecnologías, metodologías y mejores prácticas. Esto incluye participar en cursos, talleres y conferencias del sector.
- Adaptabilidad: La capacidad de adaptarse a nuevas herramientas, tecnologías y cambios en el panorama de la IA. La flexibilidad a la hora de aprender y aplicar nuevos métodos y enfoques es crucial, ya que la tecnología y sus aplicaciones siguen evolucionando.
Para los profesionales que pasan de otros empleos de cuello blanco a funciones propias de un entrenador de IA, aprovechar sus conocimientos específicos y complementarlos con competencias técnicas en IA puede convertirlos en activos valiosos en la era de la IA generativa. Esta transición no solo puede atenuar el desplazamiento causado por la IA, sino que también abre nuevas vías de crecimiento y desarrollo profesional en áreas de gran demanda.
¿Un Humano Mejorado?
Cuando hablamos del desarrollo, la operación y el mantenimiento de una IA nos salimos del ciclo de vida del desarrollo software que conocíamos; de la misma forma que cuando hablamos de un entrenador de IA nos salimos del ciclo de experimentación y re-entrenamiento de nuestros modelos que empezábamos a adoptar en nuestros proyectos de ciencia de datos y aprendizaje automático.
Si ya somos capaces de hablar con naturalidad del entrenamiento de una IA, no faltará mucho para que hablemos de enseñar, formar o “educar” a una IA. Entramos, además, en un circuito auto-realimentado en el que construimos y mejoramos una serie de artefactos tecnológicos, que llamamos inteligencias artificiales, principalmente pensados para aumentar las capacidades que consideramos más “humanas”.
Ese proceso nos ha llevado a “desplazar” a un número creciente de humanos que ocupan posiciones laborales consideradas de “cuello blanco” y que, curiosamente, en esa lógica de mejoramiento, eran el público objetivo para esas inteligencias artificiales que hoy los convierten en redundantes.
Frente al enano en la caja, que aún hoy nos retrotrae a imágenes con legiones de trabajadores precarios etiquetando datos masivamente para el entrenamiento de modelos de ML, estamos frente a una metáfora que recuerda a las ilustraciones imposibles de Escher en que una mano dibuja a la otra recíprocamente sobre el mismo cuaderno.
Esta lógica parece llevarnos a un escenario en el que cada vez haya menos humanos mejorados por un copiloto artificial; y serán cada vez más esos humanos desplazados los que mejoren una IA que, eventualmente, será quien vaya al volante 😉
Mientras ese escenario se materializa, ¿A qué se parecerá más un entrenador de IA? ¿Es una mezcla de ingeniero de ML y científico de datos con una aproximación humanista? ¿Es un traductor humano-máquina que podrá aportar valor conectado a algo muy parecido a una plataforma para la “localización” de contenidos? ¿Una especie de AI Gym? ¿Un centro para “la contextualización artificial de inteligencias”? ¿Un centro de adoctrinamiento, es decir un centro educativo? Me vienen a la cabeza un buen puñado de distopías muy conocidas…