La IA y el Desarrollo Sostenible: Un Potencial por Explorar
Por Dejan Glavas, profesor de finanzas y director del Instituto IA para la Sostenibilidad de ESSCA
La inteligencia artificial (IA) ha sido presentada a menudo como una panacea frente a los retos del desarrollo sostenible. No obstante, la percepción entre los profesionales del sector es más cautelosa. Una reciente encuesta del Instituto "AI for Sustainability" de ESSCA revela una diversidad de opiniones entre más de 400 responsables informáticos en Europa.
El barómetro “IA y Empresas” muestra que un 54 % de los encuestados tienen una visión positiva sobre el impacto de la IA en el desarrollo sostenible, destacando áreas como la reducción de emisiones, la gestión de residuos y la optimización de la cadena de suministro.
Ámbitos de Impacto
Al observar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), los sectores de salud, educación, energía e industria se resaltan como aquellos con mayor potencial para beneficiarse de las capacidades de la IA. Específicamente, en salud, la IA promete revolucionar los diagnósticos y la personalización de tratamientos. Por otro lado, en el ámbito educativo, se visualiza su capacidad para fomentar un aprendizaje más individualizado. La energía, por su parte, podría optimizar tanto la producción como la distribución de fuentes renovables, mientras que en la industria, se espera que la IA impulse procesos más sostenibles.
Sin embargo, ciertos ODS, como la conservación de la vida acuática y terrestre, son mencionados con menos frecuencia. ¿Es posible que se esté pasando por alto un enfoque más integrado y global?
Falta de Monitoreo y Conciencia
Lamentablemente, solo un 36 % de las empresas está rastreando el consumo energético de sus sistemas de IA, y apenas el 29 % mide sus emisiones de gases de efecto invernadero derivadas de su actividad en este campo. Este desfase entre las aspiraciones y la realidad provoca preocupaciones significativas, manifestándose en resultados ambientales decepcionantes.
Un caso representativo es el de Microsoft, que se comprometió en 2020 a reducir a la mitad sus emisiones de CO₂ para 2030. Sin embargo, su informe de sostenibilidad de 2024 reveló un aumento del 30,9 % en sus emisiones indirectas desde 2020, en parte debido al crecimiento de centros de datos necesarios para la IA.
Desafíos Éticos de la IA
Además, la ética se presenta como una barrera importante. Solo un 28 % de las empresas cuenta con herramientas para identificar o resolver problemas éticos inherentes a la IA, y un 18 % ha tenido que modificar proyectos de IA por razones éticas.
Las preocupaciones más comunes están vinculadas a la privacidad de datos, la transparencia de los modelos y su impacto social. Estos temas son cruciales, especialmente al implementar algoritmos en los ODS, donde los datos sensibles y las decisiones pueden afectar profundamente a las comunidades.
Aunque se reconoce la importancia de la formación, apenas un 30 % de las empresas ofrece capacitación en el uso ético de la IA. Esta falta de conocimientos sobre las implicaciones socioambientales de la IA puede llevar a que se desarrollen soluciones innovadoras pero con consecuencias negativas.
Pasos Hacia una IA Sostenible
Para que la IA cumpla su potencial en el desarrollo sostenible, es fundamental abordar varios retos. Primero, se necesita medir con precisión su impacto ambiental y crear métodos estandarizados para evaluar el consumo de energía y las emisiones a lo largo del ciclo de vida de las tecnologías de inteligencia artificial. El caso de Microsoft resalta la urgencia de esta tarea para lograr objetivos climáticos.
A continuación, deben incorporarse consideraciones éticas de manera sistemática. Esto significa establecer marcos y desarrollar herramientas que permitan detectar y corregir sesgos en los modelos de IA. También se debe dar prioridad a una educación interdisciplinaria que combine conocimientos sobre IA y desarrollo sostenible.
Finalmente, es esencial una colaboración estrecha con los responsables políticos para establecer políticas que incentiven el desarrollo de una IA responsable. Esto podría incluir incentivos para aquellas empresas que se comprometen con soluciones sostenibles a través de la IA.
Estamos en un punto crítico. Las empresas reconocen el potencial de la IA para fomentar un desarrollo sostenible, pero ahora deben avanzar hacia la acción concreta. Además, investigaciones recientes destacan la capacidad de los modelos de IA para predecir emisiones de gases de efecto invernadero con mayor precisión que los modelos tradicionales.
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