Las personas son como las sociedades: se rayan como un disco. Y repiten los mismos mensajes, comportamientos, y resultados en un bucle del que no salen hasta que algo más o menos traumático las empuja a salir. Para adoptar entonces un nuevo estado o esquema mental.
Esta es la cara oscura de los hábitos. El caparazón (algunos lo llaman karma) que nos hace reincidir en cosas que ya no sirven. Tuvieron utilidad en su momento, pero ya solo consumen energía.
En el caso de las personas lo hacen por comodidad o para satisfacer egos. En el caso de países enteros para satisfacer intereses de grupos sociales que imponen sistemáticamente a los demás su criterio. Pero lo importante es el patrón común: se adopta la mentalidad de que “da igual lo que diga el mundo”: lo importante es la ideología, y seguir haciendo las cosas como siempre se han hecho.
Comments by Luis G de la Fuente