Hablan sobre el calentamiento global, las tasas de interés negativas, el brexit, etc., pero la verdadera amenaza no está en esos detalles. La verdadera amenaza radica en la COMPLEJIDAD.

Por razones evolutivas, la mente humana no está preparada para la complejidad. Cuando nos enfrentamos a lo desconocido, estamos diseñados para luchar o escapar. Pero la supervivencia ya no se basa en estos 2 paradigmas. Se basa cada vez más en hacer frente a la complejidad, en la gestión de la complejidad.

El riesgo radica entre una disminución de la calidad de las personas a cargo y una complejidad exponencialmente creciente del sistema. Y esto es relevante no solo para las grandes organizaciones, sino también para la economía en general y también para los individuos.

En algún momento, la complejidad supera la capacidad de las élites para tener una comprensión clara del mundo. A partir de ahí, todas las decisiones son solo conjeturas, y el sistema es básicamente como un avión volando sin un piloto calificado. El colapso se vuelve casi inevitable.